Es bien cierto que mi actuación en el partido había roto moldes, especialmente a partir de la entrada masiva de las ratas que habían abandonado de prisa y corriendo a la UCD, caso concreto de Cortes.
Cuando se me llama a AP prometí que solo continuaría si era para trabajar. Y a fe que cumplí, quizás con exceso.
En el Parque Juan Carlos I del Campo de las Naciones de Madrid, del que me cabe el honor de haber sido su gestor principal, hay una escultura del artista argentino Leopoldo Maler titulada “los cantos de la encrucijada” que una referencia especial a las constituciones de las naciones democráticas. El asa de la maleta que constituye el cuerpo principal de la escultura está formada por la palabra NOS con la que empiezan todas las constituciones: NOSOTROS, EL PUEBLO. Este es el verdadero artífice de las naciones, su centro neurálgico, punto de referencia y objeto principal de su destino y en consecuencia de sus derechos y deberes individuales y colectivos.
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