PORTAVOCEANDO A 500.000 MADRILEÑOS

El sistema democrático implantado en España hace que, elegido en una lista cerrada, te conviertas durante cuatro años en un simple número que no pinchas ni cortas en las decisiones que se tomen en el órgano correspondiente. El jefe del grupo, por decisión propia o siguiendo directrices del partido, vota por ti: “Mi grupo vota sí o no..”. Poco importa que la decisión que se tome afecte a tu provincia, profesión, ciudad, barrio, familia, religión, moral u opinión personal.

Así se da la paradoja de que inunden tu pueblo con un pantano y obliguen a los vecinos a emigrar a las bravas, corten una carretera en tu pueblo que tengas que  dar un rodeo de varios kilómetros, te arruinen tu negocio o no te dejen hablar en el idioma común de todos los españoles. Tanto da que te afecte o no, porque te han elegido en el barullo de una lista de la que los votantes desconocen a sus componentes y a los que tampoco importa porque para ellos lo importante es  ¡¡¡¡votar!!!!. Lo que de verdad interesa a todos es la democracia no la eficacia política. Han conseguido introducirla en nuestro ADN en solo en cuarenta años. Cuando estudiábamos hablábamos de la influencia de la psiquis y el soma y como esta última podía afectar a la primera. Lo han conseguido. ¡Y así nos va!

Lo normal en el comportamiento de las opciones de la derecha y de la izquierda en relación con el individuo y el votante es completamente diferente: mientras la izquierda está siempre pendiente, al menos formalmente, de sus votantes y sus decisiones se adaptan como un guante a sus criterios y convicciones, dándoles por “el palo al gusto”, por lo que son siempre aplaudidas, en la derecha ni les importan ni les preocupan los ciudadanos y menos aún sus votantes, a los que continuamente ofenden, arruinan  y menosprecian con sus decisiones. En ambos casos los votantes son fieles como perros y no van a cambiar por eso especialmente en el caso de la derecha. Cabreada pero fiel.

Para un novato como yo cuando fui elegido concejal en el Ayuntamiento de Madrid en las elecciones de 83 esta forma de funcionar me sorprende negativamente aunque ya venía yo revirado por lo visto y leído y los personajes que habían organizado este tingladillo: el Rey, Suarez, Felipe, el Guerra, Fraga, Herrero de Miñón, Peces Barba, Solé Tura, Carrillo, la Pasionaria y Roca entre otros. ¡Vaya pandilla!

Y me dice Álvarez de Manzano que yo si quiero habla me vaya  a Vallecas, Moratalaz y Vicálvaro, aunque me las ingenie, como ya he contado y seguiré haciéndolo  en el Pleno Municipal.

Me presento en estos distritos, que suman cerca de quinientos mil habitantes entre Puente de Vallecas, Vallecas Villa y los otros dos núcleos de población citados, Moratalaz y Vicálvaro, organizados por entonces en dos distritos diferente, y ahora en cuatro, y para mi sorpresa descubro que desde que se habían constituido los ayuntamientos democráticos en el 79, cuatro años antes, por allí no había pisado nadie de la UCD, único contrincante de comunistas y socialistas por  la renuncia de AP de presentarse para no quitar votos a José Luis Álvarez, al final ganador pero que la coalición socialcomunista impidió su nombramiento.

La situación era normal conociendo a los personajes y al partido: No tenían ninguna implantación territorial, a diferencia de AP que tenía sedes y afiliados en todos los distritos madrileños. La UCD solo eran unos señores muy enseñoritados, muy preparados, que hablaban de “puta madre” en los plenos, pero no era para ellos el ir a los barrios, y más si son de pobres. José María portavoceaba el solo desde su capilla en la Casa  de la Villa. El resto de concejales no aparecían nunca.

Nada más llegar a Moratalaz me pide el secretario que diga a mi colega Elena García Alcañiz portavoz de la anterior corporación que “le debe treinta firmas de las actas de los plenos del distrito”. ¡No había pisado por allí en tres años!

Por supuesto que la oposición no tenía ni despachos en la Casa de la Villa ni en los distritos. No se había ocurrido pedirlo y por supuesto que ¿para qué? si no pisaban por allí ni por aquí. Y sorprendió a los socialcomunistas de Tierno que les pidiéramos despachos, que por supuesto habilitaron como debe ser normal. Seguro que pensaron que menuda pandilla de saltaprados habían aparecido en una finca a la que consideraban propia.

Y descubrimos como se movían como pez en el agua en nuestros barrios: durante la última época del franquismo y los años pre-democráticos la izquierda  había conectado perfectamente con la sociedad civil, bien sea con los sindicatos, con los movimientos religiosos, parroquiales mejor dicho, o con las asociaciones vecinales. Siempre estaban allí donde se moviera una paja.

Concretamente en los distritos se habían establecido los Consejos Municipales constituidos con miembros de estos movimientos vecinales utilizando, llegados al poder, los medios y recursos municipales para actuar con  la mayor libertad posible. Sorprendieron  principalmente los de cultura y fiestas: montaban actos culturales y festivos continuamente. Durante la época de Tierno se construyeron infinidad  de centros culturales dirigidos por personas afines y llenos de correligionarios.

Nosotros fuimos poniendo de manifiesto muchas irregularidades mediante la aprobación en los plenos de las juntas de las cuentas. Así descubrí a profesores de música con solo la EGB sin ninguna titulación relacionada con la música.. O ¿profesores de bicicletas? En estos centros culturales se hacían exposiciones de todo tipo de personajes de la izquierda más profunda.

Las asociaciones vecinales habían dado siempre mucha guerra política mientras la izquierda no estuvo en el poder. Pero una vez  conquistado este se cubrieron con la capa municipal para su actuación siguiendo los patrones de sus jefes de siempre. Por supuesto la derecha ni se había enterado de nada. Ni les importaba.

En el consejo de cultura la actuación era muy curiosa: montaban fiestas permanentes en las que nunca estuvieron los de UCD hasta que llegamos nosotros. Nuestras primeras carpas sirviendo chorizo y panceta regado con tinto de verano no se produjeron  hasta nuestra llegada al ayuntamiento. Es bien cierto que yo particularmente, que no había ido nunca ni a las fiestas de mi barrio, me vi en la obligación de montar la primera carpa, que por supuesto me costó dinero a mí y a mi amigo Escolástico de Vicálvaro.

Descubrí su actuación cuando se presentaban facturas de bocatas o de agujas e hilo en papel de estraza que me sorprendían mucho pero que tenían una explicación clara: Cuando montaban las permanentes carpas festivas, que movían continuamente  de un lado para otro, siempre alquilada, los miembros del consejo de cultura cansados de hacer horas extraordinarias preguntaban al responsable municipal ¿es que aquí nunca se merienda ni se bebe? A lo que aquel les decía “ir a ese bar y pide quince bocatas y cerveza, pero que te de una factura para que nos la paguen en la Junta”. Y se la daban…¡en papel de estraza! Y que sin más cobraban en el Ayuntamiento. O hilo y agujas para terminar de coser la lona de la carpa. O enchufes y cables. Normal.

El seguimiento de los expedientes municipales era una mina para nosotros, pero hay que estar allí. Y ver los informes del Interventor y el Secretario municipal, siempre correctos. Nunca vi, salvo a Enrique Villoria, analizar como si fuera una operación quirúrgica los expedientes que se exponían el día anterior al pleno del ayuntamiento, en una salita adjunta en la Casa de la Villa. O en los distritos. Curiosamente descubrí algo que no se producía en ninguna administración que yo conocía: los expedientes se formaban añadiendo de abajo a arriba todos y cada uno de los pasos dedos por las dependencias municipales, sean oficios de remisión, notas de régimen interior o informes, y cosidos con hilo de guarnicionero, de cáñamo, para que no se desprendiera ningún papel. Un arte que formaba parte de la tradición  municipal madrileña.

Y como hacía mucho daño político poner de manifiesto estas llamemos disfunciones informadas por estos funcionarios, los socialcomunistas se inventaron un procedimiento para evitar que estos actos supusieran un “riesgo extrapolítico” cargándose la función de esos funcionarios de Cuerpos Especiales de la Administración encargados de vigilar el cumplimiento de la legislación, añadiendo a continuación de los informes de estos funcionarios otro del concejal presidente de la junta que justificaba el gasto. Y así evitar que los expedientes terminaran en el Tribunal de Cuentas. Bien es cierto que en una ocasión en que se obligó al Ayuntamiento a remitir a este tribunal un expediente, con dos narices, enviaron un camión de expedientes que todavía deben estar analizando. Tampoco este tribunal es un dotado de virtudes como bien es sabido.

 Una de las intervenciones mías que más les molestaba al equipo de gobierno e impactaba entre el público era una que yo hacía con voz engolada: “están Vds. faltando al principio de anualidad presupuestaria”. Siempre ocurría a principios de año y tenía una justificación clara: Los ayuntamientos son responsables del mantenimiento de los colegios públicos y el responsable de la calefacción siempre llamaba al suministrador del gasoil antes del  comienzo de las vacaciones navideñas para que a la incorporación en enero no faltara combustible. Lógicamente el suministrador se ponía de acuerdo con el bedel del colegio para hacerlo antes de final del curso con lo que la facturación de “producía al año siguiente” con lo que siempre “cantaba” a los vigilantes funcionarios.

Y una vez instalados nombramos nuestros vocales vecinos en número proporcional a los representantes en la Corporación municipal y se les abonaba una pequeña cantidad para compensar su trabajo. Y, en el siguiente escalón,   representantes en los consejos, cosa que en la corporación anterior nunca se había producido porque nunca sospecharon los ucedacos de su existencia. ¡No es por criticar!

Y nos asignaron al menos un despacho en nuestras juntas y en un edificio de la Casa de la Villa a unos cien metros.

Pero en cualquier caso lo más importante de la actuación municipal de los socialcomunistas de Tierno fue la creación de un equipo de periodistas afines que se encargaban de la tirada de un periódico gratuito, el “Villa de Madrid”, que se distribuía por parques y jardines, centros culturales y de tercera edad, edificios municipales y toda suerte de zonas en donde se podía sembrar y hacer apología de las bondades del sistema.

Pero si esta actuación tenía un objetivo claro lo era más la actuación de este equipo periodístico de cara a los medios de comunicación: hacían entrevistas y reportajes permanentemente de los concejales y actuaciones del ayuntamiento que proporcionaban a los periódicos y emisoras con secciones locales. Los periodistas se veían favorecidos ya que no necesitaban hacer el trabajo siempre duro de buscar información en una  administración compleja.

Para los que seguimos permanentemente a los medios de comunicación y conocemos la particular idiosincrasia de los periodistas y sus becarios,  nos canta rápidamente lo que es elaboración propia y lo prefabricada por un amigo funcionario. Esta actuación fue descarada durante muchos años en Madrid.

Y siempre estos equipos periodísticos políticos hacen una función difusora de consignas y mensajes entre los afiliados y afines: “Se han fijado en que frente a problemas concretos siempre los afines de la izquierda tienen los mismos mensajes en los medios de comunicación, en las tertulias y en las relaciones personales”.

Vean en las televisiones afines o en las tertulias radiofónicas, que siempre los socialcomunistas tienen los mismos argumentos o inciden en los mismos problemas de los contrarios mientras los que defienden las tesis de la derecha siempre son elaboraciones propias del contertulio. ¡Y se nota! ¿Porque? Muy sencillo: todos los días un equipo elabora una estrategia que difunde entre los afines. La derecha rajoyana o sorayista nunca se ha enterado ni sospechado. Mientras Montoro a lo suyo, Ahora a utilizar las puertas giratorias: ha pasado a mejor vida como el cuento del obispo de Valladolid.

Esta misma estrategia la ha seguido La Carmena que ha vuelto a montar otro equipo periodístico a semejante del de Tierno que ha sido criticado por la derecha por las repercusiones económica que suponen. Pero no he oído una sola crítica sobre los aspectos de demagogia política que supone la elaboración y difusión de información, verdadero argumento de su creación, que les resulta muy eficaz a la vista de sus resultados: son un equipo municipal dividido, dogmático y politizado, pero no ha disminuido un ápice su consideración entre los madrileños, pese a lo desastroso de su gestión.

A la oposición nunca se le ocurrió pedir un trocito de esa actuación aunque solo fuera tener una columna con la agenda del portavoz o la publicación de un artículo de opinión o que enviaran estas informaciones a los medios.

Yo si tuve serios altercados en mis distritos por la censura que se hacía con la distribución gratuita de los periódicos de Madrid en parques, jardines y centros municipales quitando aquellos que no les eran afines o publicaran informaciones adversas. Sufrieron estas censuras con especial inquina El Alcázar siempre y puntualmente ABC y YA.

El Concejal socialista Garrido, con el que disfrute ampliamente de una peculiar batalla política me decía. “Pablo, pareces un comunista, ves tres personas hablando en una esquina y te paras a preguntar…” Normal si quieres dar una respuesta a la opinión pública como electo.

La derecha sigue sin enterarse. Por eso me cabrea tanto como persona de orden que soy.

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.