ARDILLAS, PATOS, PECES Y LA FAUNA POLÍTICA
Al final de la corporación o legislatura los políticos se ponen cachondos buscando el voto perdido durante los cuatro años anteriores. Para lograrlo no reparan en gastos y gestos políticos. Una de las facetas en las que suelen caer es el de la naturaleza, la ecología, que es algo que entienden que les ayuda a conseguir más votos olvidándose de que el ciudadano vota visceralmente, como siempre, “en contra de” hagan lo que hagan los gobernantes. O “cabreado por”, que ahora llaman populismo.
A Tierno, al final de la corporación 79-83, le prepararon, entre otras muchas inauguraciones la suelta de ardillas en el parque del Retiro. A algunos jardines inaugurados les llamaban macetas dadas sus dimensiones. La verdad que las ardillas son unos animales preciosos pero no pasaban por Madrid desde hacía siglos, desde los tiempos en que acabamos con nuestros bosques para hacer barcos para realizar la acción civilizadora en América, la américa española o todo lo más hispana, Hispanoamérica, la que hicimos conjuntamente con nuestros hermanos portugueses. Nunca la américa latinoamericana, que no existió nunca, aunque sea verdad que España y Portugal seamos de ascendencia latina, pero en cuya acción civilizadora en América nunca participaron otros países latinos como Italia o Francia. Y no es por chauvinismo, propio de otros, sino porque responde a la verdad.
Unos barcos que propiciaron la destrucción de unos bosques en la que una ardilla podía desplazarse sin tocar el suelo desde el cabo de Machichaco al de Gata, desde el de Finisterre al de Creus, o desde el golfo de Vizcaya al de Almería, o del de Cádiz a Rosas, Mazarrón o León.
(Queridos nietos: Cabos y golfos son accidentes geográficos de la costa de la antigua España, cerca de 6.000 kilómetros, entrantes y salientes de la tierra en el mar y que nunca aparecerán en vuestros libros por mucho que diga la BAJA INSPECCIÓN DE EDUCACIÓN DEL ESTADO, que no es ni inspección, ni es del estado, ni sirve para nada y cuyos informes se guardan como oro en paño por los gobernantes de todo signo. Hay que distinguirlos de los cabos de la Guardia Civil, unos señores muy serios con un gorro a la antigua, el tricornio, con tendencia a desaparecer por franquistas, ahora sustituidos por enchainas, mossos, serenes, carrabiner, vixiantes o algo que se les ocurra en cada comunidad, país región o cantón, que se les ocurrirá. Como desaparecieron los cabos furrieles con la mili de Arnaz, una graduación militar de la que disfrutaron muchos españoles en su momento. Los golfos, sin embargo tienden a crecer pero no por la tontuna del cambio climático. Hay cada vez más golfos, especialmente en política.
Hacíamos barcos y mandábamos a nuestros mejores hombres de la España de siempre y nos los hundían los de siempre con patente de corso de ingleses y holandeses: siempre lo mismo, Y se enriquecían los de siempre, incluidos algunos buenos catalanes cazando “migrantes” en África, dicen que con permiso real, previo canon, para llevarlos especialmente a nuestra América septentrional, a la Luisiana, al norte de Méjico, el núcleo principal de lo Estados Unidos, la américa profunda, que terminaron quitándonos los franceses con la guerra de la Independencia. Hoy son los llamados afroamericanos, que curiosamente tienen bastantes más problemas de integración que en la otra América, la de la influencia española, Hispanoamérica.
Y cuando no nos hundían los barcos los corsarios los hundíamos nosotros mismos por aquello de “que vale más honra sin barcos que barcos sin honra”, que manda narices la frasecita. De chiste, como los piratas de Asterix.
La suelta de ardillas de Tierno fue muy celebrada por público y prensa. Pobrecillas. Un día, años después, pase por el Retiro y estuve un tiempo observando a una delgadísima ardilla intentando robar un mendrugo de pan a un pobre, dormido sobre un banco: el animal trepaba por los pantalones del vagabundo intentando llegar a su pecho sobre el que se encontraba el pan, sin despertarle. Otro día me pareció ver a una ardilla sobre un árbol en la Colonia del Retiro, a unos cientos de metros del Parque. Ya no las he vuelto a ver más.
Por eso cuando llegue al Ayuntamiento y quise intervenir en el Pleno hice mi primera Proposición, que como he dicho en alguna ocasión era la única forma de intervenir sin ser portavoz de algún área. Y basándome en una forma curiosa, la proposición, que se conservaba en las corporaciones municipales dado su origen medieval, como cámara legislativa y de gobierno. Me parece que este sistema se ha eliminado o por lo menos regulado para evitar intervenciones de personajes revoltosos. Ni al gobierno ni a la oposición les interesa esta forma de luchar por los intereses ciudadanos, bien por desidia, desconocimiento o acuerdos entre partidos que se alternan en el gobierno.
Me resulta preocupante que la oposición se limite a la función de oponerse, discutiendo a la iniciativa buena o mala del gobierno, nunca haciendo propuestas positivas, desapareciendo durante cuatro años de la prensa.
Quizás en mi inocencia política caí en la tentación de hacer propuestas positivas lo que me permitió salir permanentemente en prensa y radio e incluso varias veces en la cara de la noticia de ABC. Guardo un especial recuerdo de Encarna Sánchez que siempre me trato cariñosamente y me llamaba a la menor oportunidad. Y por supuesto ganarme el odio de muchos compañeros del partido, que no tardaron en intentar echarme al término de la corporación, lo que consiguieron, lo que me vino muy bien en el fondo ya que fui nombrado responsable de la nueva Empresa Municipal del Campo de las Naciones con la llegada del nuevo alcalde Rodríguez Sahagún.
Y me lance a la piscina: hice mi primera proposición al pleno titulada “Recuperación ecológica de la Casa de Campo”. Y el argumento es muy sencillo: la Casa de Campo, el inmenso pulmón de Madrid está muy degradada por la mala utilización y mantenimiento y la asistencia de gran número de madrileños. Primero porque se ha utilizado una franja importante para uso más festivo o de servicios: se instalaron muchos pabellones para la antigua Feria del Campo que gozo de importante éxito hasta los años sesenta por la avalancha de nuevos madrileños de las zonas más agrícolas de España, las Castillas, Extremadura y Andalucía, que manteníamos una gran añoranza de nuestros orígenes y ya en los ochenta muy degradada por la desidia de nuestros gobernantes. Solo se conservaban algunos pabellones regionales explotados como restaurantes y feriales, pero sin gran éxito.
El Ayuntamiento había montado una empresa municipal que gestionaba muy en precario estas instalaciones.
Algunas de estas instalaciones municipales completaban esta zona habilitada para servicios de la policía municipal, albergues juveniles o para acoger mendigos, la explotación del teleférico que nace en Rosales y las instalaciones del Club de Campo.
Si tenían mucho éxito el Parque de Atracciones y el Zoo, siempre en vanguardia en sus respectivos campos, pero que producían un tráfico importante y la utilización de aparcamiento en zonas vegetales.
A ello se debe añadir la utilización de las carreteras internas como eje circulatorio de las urbanizaciones y pueblos como Majadahonda, Pozuelo y Humera. Y La alternativa a la conexión de la A 6 con la M 30.
La falta de un mantenimiento adecuado y la carencia de una depuración de aguas de escorrentía y del lago artificial agravaban el problema. Y no por desconocimiento del Departamento de Parques y Jardines, siempre en la vanguardia, sino por problemas presupuestarios y olvido y desidia de los políticos.
Lo cierto es que este gran pulmón, sufrió durante siglos una importante transformación con diferentes actuaciones de los reyes, primero como coto de caza y después como jardín, pasando a ser propiedad del pueblo de Madrid en el 1931 con la Segunda República.
Desde el punto de vista de la biodiversidad la Casa de Campo es muy interesante, con unos suelos procedentes de la erosión de la sierra próxima que ha formado un valle con varias colinas y cerros, el más importante el de Garabitas, atravesado por el Manzanares con unas interesantes terrazas al que desembocan varios arroyos, la mayor parte estacionales salvo el de Meaques y el de Antequina sobre los que se ha construido algunos importantes e históricos puentes y represas. Existen varios manantiales de aguas incluso interesantes por sus características organolépticas.
En cuanto a los estanques, aunque existía una pequeña laguna natural, la mayoría fueron creados una vez que el recinto pasó a ser posesión real en el siglo XVI. Se utilizaban para diversas funciones prácticas (reserva de agua para riego, control de las crecidas, cría de peces) y también por su valor estético y de ocio (representación de naumaquias, navegación en falúas y en invierno, patinaje). A partir de la probable laguna natural antes señalada, se construyó el llamado Estanque Grande, principalmente para almacenar agua. En el siglo XVII había cinco (el ya citado Grande, el del Norte, el del Medio, el Longuillo y el de la Higuera), según puede apreciarse en el Plano de Teixeira del siglo XVII. En el siglo XVIII se construyó, donde las actuales pistas de tenis, uno nuevo, el Estanque Chico, que se dedicaría posteriormente a la cría de tencas y recibiría el nombre de El Tenquero.
En el siglo XIX quedaban tres y el rey Alfonso XII construyó en el Grande un embarcadero. El tercero y el Grande se unieron para crear el actual lago.
Para los interesados en la historia de Madrid resulta muy importante el plano de Teixeira, que yo utilice para hacer una proposición al Plano en otra ocasión, cuando la corporación socialcomunista de Tierno eliminó, con mucha lógica, la circulación por el Paseo de Coches del Retiro, proponiendo yo entonces que el citado paseo recuperara la función que fue diseñado y así figura en el citado plano: una ría que desembocaba en el estanque y que servía para el paseo en barco y competiciones de todo tipo, incluidas las de batallas de barcos al estilo romano y que en un momento posterior se cubrió. Sin duda “una cantada política mía”, pero siempre interesante. Me la rechazaron, pero al menos los concejales de todo tipo, condición y adscripción supieran de la existencia del tal Teixeira y de su plano.
La fauna y flora de la Casa de Campo es muy abundante y curiosa destacando la existencia de abundantes ejemplares de encinas, pinos, olmos, castaños, plátanos, robles acacias, fresnos, chopos, sauces, alisios a los que acompañan zarzas, andrinos, tomillo, romero, esparragueras, mimbreras, etc. Los álamos, formaban hace siglos extensas alamedas con árboles de gran altura que proporcionaban sombra, pero hoy en día sólo se presentan aislados. Uno de estos árboles, de grandes dimensiones y que ya no existe, dio nombre al puente del Álamo Negro y, junto al lago, un paseo conserva el nombre de Paseo de los Chopos.
En cuanto al taray, cerca del lago pervive un ejemplar de 250 años de antigüedad.
En la Casa de Campo se han censado numerosas especies distintas de vertebrados, aves, mamíferos, reptiles, anfibios, y peces. Conejos, liebres, ardillas, topos, erizos, murciélagos, lagartos, culebras… Los peces del lago han sido desalojados este año con su limpieza y reparación.
Con este panorama mi argumentación es muy sencilla:
- Para una actuación que corrija los problemas de la Casa de Campo lo más importante es conocer sus causas y hacer un verdadero dictamen de ellas que permitieran plantear soluciones a medio y largo plazo.
- Madrid tenía en ese momento tres Universidades de reconocido prestigio y que no estaban contaminadas políticamente “dando titulaciones a boleo y al buen tuntún”, la Complutense, la Autónoma y la Politécnica. Los estudiantes no habíamos visto obligados a desplazarnos a cierta distancia para realizar prácticas de muchas de nuestras asignaturas. En nuestro caso, los estudiantes de Geología teníamos machacados, a nuestra costa, los Montes de Toledo, el Sistema Central y la Ibérica y las cátedras tenían que hacer virguerías para obtener recursos económicos. Y qué mejor que hacerlo en el propio Madrid y que sus datos pudieran tener un objetivo publico claro.
- Para cubrir estos objetivos comunes propuse que se firmara un convenio con esas Universidades para que se hiciera un estudio completo de su geología, edafología, hidrología y fauna y flora para que se buscaran aquellas soluciones que corrigieran los problemas y carencia del suelo, de agua, manantiales y arroyos y de especies de plantas y fauna para que funcione claramente la cadena trófica y no ocurriera como con las ardillas de Tierno, buscando un mendrugo de pan robándoselo a un pobre. Que el sistema estuviera equilibrado para que funcionara correctamente desde la base.
- Que a este convenio se le dotara con diez millones de pesetas para, en alguna medida, compensar a las cátedras de Ingenieros de Montes y Agrónomos, Geología, Biología, Ecología, Cartografía, o cuantas se consideraran interesadas en colaborar, del esfuerzo para conseguir un informe técnico final con propuestas positivas.
Y curiosamente pilló por sorpresa al gobierno socialcomunista de Tierno y se aprobó mi proposición. Y el informe se hizo. Y se guardó en un cajón. El de los recuerdos. Y no se hizo nada. ¡Normal!
Más curioso es que nunca volvieron a aprobarme una proposición más. E hice más de ciento cincuenta en esos cuatro años.
YO GUARDO COMO ORO EN PAÑO EL INFORME FINAL DE ESTE ESTUDIO. PARA ENSEÑARSELO A MIS NIETOS AL MENOS.
En otro momento hice otra proposición referente a la Casa de Campo: recuperar los pabellones de la antigua Feria del Campo estableciendo convenios con las, en aquel momento, principios de los ochenta, emergentes comunidades autónomas, de forma que constituyeran un punto de referencia de la España real instalando en ellos museos, artesanías, bibliotecas, rutas turísticas, restaurantes o cuanto consideraran oportuno para fomentar el turismo, su cultura o su historia su gastronomía o su arquitectura, a semejanza del Pueblo Español de Barcelona.
La nueva propuesta fue rechazada. Normal. Amen.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!